Durante siglos, el agave ha sido una súper fibra para las comunidades Arhuaco.
Utilizado en toda construcción natural, cuerda tejida, bolsas para transporte de vegetales y finas mochilas, el agave es fuerte, versátil y sostenible. También conocido como fique, maguey y bechu, el agave también se puede teñir con plantas cosechadas localmente.
Las hojas de agave se cortan, se pelan con herramientas manuales y se secan al sol.
La recolección de plantas y la preparación de tintes vegetales es tradicionalmente una función de los socios de los fabricantes de mochilas.
Domingo Villafa ñ e es un apasionado de enseñar a la próxima generación.
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Hay dos formas de procesar hebras de agave secas: hilando a mano con un huso o enrollando sobre el muslo sin el uso de herramientas. Este último hace un hilo muy fino. En cualquier caso, la karrumba aprieta y conecta hebras de hilo más cortas.
Elsililiana Villafa ñ e (izquierda) y la abuela Florinda Villafa ñ e (derecha) hilan fibra de agave como observan los miembros más jóvenes de la familia.
El karrumba ejemplifica la cooperación, la interdependencia y las conexiones generacionales que se forman como resultado de las prácticas artesanales tradicionales.
La misma técnica para crear mochilas de lana se utiliza cuando se trabaja con agave.
La fibra de agave en su estado natural puede variar desde casi blanco nieve hasta amarillo plátano. Los tintes vegetales se utilizan para lograr una amplia gama de colores que incluyen rosa, morado, gris, amarillo y naranja.
Miles de puntadas confeccionadas individualmente se superponen.
Las correas de agave se tejen con los dedos sin el uso de herramientas. Este método riguroso requiere una concentración firme: cualquier paso en falso se mostrará más adelante en la correa.
La correa deberá soltarse hasta que se identifique el paso en falso.
Trabajar con la planta de agave es una tradición arhuaca. En Mama Mochila, creemos que las mochilas de agave no han sido reconocidas y subvaloradas.
Poner la fibra de agave en el centro de atención es un paso importante para la comunidad Arhuaco.
Apodado como “primitivo” hace cientos de años cuando llegaron los españoles, las mochilas de agave fueron discriminadas, a diferencia de la lana, una fibra tradicional europea.
